Si hay un embutido que es rey de cualquier fiesta es sin duda, el chorizo. Siempre presente en aperitivos, es sinónimo de placer para el paladar en cualquiera de sus preparaciones. Aprender a asar chorizo es siempre una magnífica opción para poderte dar un capricho, sin duda es un alimento muy especial para los españoles. Sus usos pueden ir desde el entrante, un aperitivo o formar parte de una guarnición. Es un ingrediente en muchos de los platos más típicos de nuestro país. También se puede poner en pan o probar algo más sofisticado, hay innumerables recetas que se pueden realizar. Este tipo de embutido permite perfectamente servir frío o bien después de cocinado y absolutamente siempre es delicioso.
Si de lo que hablamos es de un chorizo ibérico, la boca literalmente se nos hace agua (igual que cuando pensamos en comprar jamon, por ejemplo). Hay que ver la importancia de este alimento ya que los griegos y romanos consumían este embutido, ya que les permitía consumir carne sin tener forma de conservarla. Es una receta que ha ido de padres a hijos durante siglos, mejorando siempre su textura y su sabor.
Hay muchas formas de cocinarlo, pero por si te escasean las ideas, te dejamos aquí diferentes formas de cocinado.
Chorizo asado en la sartén: Lo primero que debes de hacer es calentar la sartén poniéndola en el fuego con un poco de aceite de oliva. Antes de que este aceite comience a hervir, pon el chorizo en la sartén. Deja que se tueste durante unos minutos, sin esperar a que se queme. Una vez que esté el chorizo listo, baja el fuego y deja que la propia sartén se enfríe. Después, añade una taza de agua de forma suave y lenta. Tapa la sartén y sigo cocinándolo a fuego lento y tápalo durante 10 minutos. En este tiempo, comprueba que el chorizo no ha quedado crudo y retira cuando consideres que está listo.
En el microondas. Sí sí has leído bien, en el microondas, que igual es la forma menos conocida para cocinarlo, pero no te lo pierdas, porque le da un toque muy sabroso. Lo ideal es hacer pequeños cortes transversales en el propio chorizo y colocarlo en el plato. Una vez hecho esto, lo metes en el microondas y lo cocinas durante 4-6 minutos para que esté bien hecho. Retíralo y úsalo en la preparación de cualquier receta.
En el horno: Si dispones de un buen chorizo ibérico, esta es sin duda una de las mejores opciones. Lo primero que debes hacer es precalentar el horno a unos 180 grados. Con un cuchillo al igual que si se tratara para meterlo en el microondas, hazle unos cortes transversales. Coloca el chorizo en la bandeja del propio horno y en caso de tener más de un chorizo, sepáralos bien. Ten cuidado y retíralo cuando esté listo. Una vez esté bien hecho, por un lado, dale la vuelta. Y aunque no es bueno dejarlo crudo, tampoco dejes que se tueste y pierda esa jugosidad tan característica.
Asado a la parrilla: La forma más común es asarlo en un asador de barro. ¿Se te ocurre algo mejor que reunirte con tus amigos o bien con tu familia en torno a una barbacoa, poder hablar mientras hay unos chorizos ibéricos haciéndose al fuego? Esta es sin duda una de las formas más comunes de prepararlo ya que se puede asar en cualquier lugar, siempre y cuando no se haga la hoguera cerca de materiales inflamables y se tenga cuidado para que el chorizo no se queme y se malogre. Lo ideal es hacer unos cortes perpendiculares a lo largo del propio chorizo para que su interior se ase y de esta forma también poder facilitar el corte. Hay gente que le echa también ron o brandy para darle un extra de sabor, pero siendo un chorizo de alta calidad, mejor no camuflar su sabor. Una vez esté dorado, por un lado, se debe de dar la vuelta y hornearlo hasta que quede hecho de forma uniforme. Una vez comprobado que esté hecho, partir en rodajas y servir.
Ojo si la barbacoa es portátil, tenga cuidado al utilizarla cerca de niños, y siempre y cuando no haya, como hemos dicho, algo inflamable cerca y teniendo cuidado de no quemarte al tener que manipularlo para darle vuelta o bien para ponerlo a asar o sacarlo. También debes de tener especial cuidado si piensas añadirle alcohol, nunca eches en demasía para prevenir la posibilidad de pequeños incendios.
Como consejo, debemos de señalar que es importante usar una tabla de cortar para cortar debidamente el chorizo, después de asarlo. De esta forma, se corta rápidamente y está preparado para servir. Al ser un producto hecho con ingredientes naturales, los beneficios nutricionales que te pueden ofrecer son muchos. Tiene muchas proteínas y ácidos grasos monoinsaturados, lo que te generará un alto nivel de energía. Y aunque tengan que ser comedidos, es recomendable el consumo para los más pequeños, ya que favorece el crecimiento.
Aproximadamente por cada 100 gramos que ingiramos, a nuestro cuerpo le reporta 19.25 gramos de proteína, unos 39.5 gr. De grasa y 1.4 gr. De carbohidratos. Además, tiene numerosas vitaminas B3, B9, B12 y K. Además de todo esto, es un alimento rico en sodio, bajo en azúcar por lo que, aunque parezca imposible el colesterol no se ve incrementado.
Lo que, sí que es cierto, que un buen chorizo ibérico entre pan, probablemente nos lleve a nuestra infancia. Es siempre una forma ideal de recuperar la energía de manera saludable. Pero también es cierto que al igual que otros productos con este perfil, tampoco hay que consumirlos de forma abusiva, es ideal poder disfrutarlo, pero siempre con cierta moderación.
No dudes en complementarlo con un buen vino tinto, y úsalo también como relleno de empanadas o bien como complemento de un fantástico plato de pasta.
Así que anímate a ir a tu charcutería de confianza y pide un chorizo ibérico, para poder disfrutar de un manjar que sin duda no deja indiferente a nadie.