Muchas veces hablamos de licores, simplemente refiriéndonos como una bebida alcohólica en este caso dulce y de la familia de las destiladas. Evidentemente, la mayoría de estos licores, tienen un alto contenido alcohólico con lo que se debe de consumir con mucha moderación y nula si se va a conducir.
Pero si queremos profundizar un poco más, se pueden clasificar de varios modos. Por ejemplo, se puede clasificar por el proceso de destilación:
- Licores de destilación simultáneo: cuando se destilan en conjunto todos los ingredientes.
- Licores de destilación Paulatina: Con una base de coñac o brandy se destila y a continuación se le añaden o bien frutas o hierbas.
También se pueden clasificar por la proporción que tengan de alcohol y azúcar. Siendo así:
- Extra secos: cuando se trata de licores con hasta un 12% de azúcar.
- Secos: cuando su porcentaje de alcohol tiene entre 20 y un 25% de azúcar.
- Finos: estos licores tienen entre un 30 y un 35% de alcohol y un 40 y un 60% de azúcar.
- Cremosos: cuando tienen entre un 35 y un 40% de alcohol y entre un 40 y un 60% de azúcar.
Y por supuesto, se pueden clasificar por la composición, encontrándonos con:
- Mixtos: si se emplean para su elaboración frutas o hierbas diferentes.
- Simples: si solo se realizan a partir de una sustancia, dando el sabor principal y sus características propias y únicas.
Aunque creamos que los licores son cosa moderna, nos tenemos que remontar a Hipócrates si hablamos de las primeras elaboraciones, que ella entonces hablaba de destilados de hierbas y plantas o frutas. Pero los licores como los conocemos son más propios del siglo XIII, que tanto alquimistas como médicos, los comienzan a usar como remedios para diferentes dolencias. En el siglo XIV, cuando la peste negra diezmó la población, la elaboración de estos licores se utilizaron para intentar salvar a los enfermos y se comenzaron incluso a comercializar. Pero más recientemente en el siglo XIX y XX, se empieza a consumir tras comidas copiosas como un digestivo, y es en ese momento donde nacen numerosos licores de diferentes colores y sabores muy diferentes.
Ahora mismo podemos encontrar tantos licores como imaginación tenga su productor. Podemos encontrar licores realizados con los mismos ingredientes y tener sabores totalmente diferentes, debido a que utiliza porcentajes diferentes en cada elaboración. Sin duda, divertido a la par que interesante.
La elaboración se puede realizar por tres métodos:
- Percolación; un estilo de producción similar al método por el que se hace el café. La base espirituosa se lleva al fondo y se bombea tantas veces como se necesite para sacar el sabor deseado.
- Maceración: las frutas y los aromatizantes se impregnan en la base para poder obtener todo el sabor y el aroma, durante este proceso incluso años. Después esta base espirituosa se destila y se condimenta, para obtener el resultado deseado.
- Destilación: En este caso con los ingredientes principales, se colocan en un alambique, se añade la base espirituosa y se destila para tener un mayor porcentaje de alcohol en el licor.
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